miércoles, 23 de octubre de 2013

DE PONY A PONY

No voy a perder tiempo comentando la vuelta de Belén Esteban a la televisión. Porque pocas novedades tendría para comentar de la nueva Belén (en la que no aprecio apenas diferencias) y porque ya llevan días enteros en Telecinco analizando su intervención y haciendo el ridículo, ya que debe resultar muy difícil tener que inventar frases altisonantes para llenar un debate sobre la nada.

Y es que dejando aparte su remodelación facial (ya ni recuerdo cuantas lleva) y el aumento de peso, no hay cambios apreciables en la Esteban, ni en lo que dice, ni en cómo lo dice, ni en quién recibe sus venenosos ataques. Hasta sus frases son idénticas: “yo por mi hija maaaato” y lo del patito feo que se convirtió en cisne, que lo soltó también en su penúltima reaparición. Se ve que su representante, Toño Sanchís, no es bueno para prepararle los discursos, si tenemos en cuenta que él mismo tartamudea en sus apariciones.

Por eso, solo voy a apuntar algunos detalles, para mí destacables, del retorno de la Esteban.

1.- El pasillo por el que avanzaba al comienzo del "Deluxe". Parece claro que la escena la han plagiado de la película "El resplandor". Hasta Jimmy Giménez Arnau comentó que a él le había dado miedo.

2.- Los colaboradores en pie y formando una hilera, como en las recepciones de "La Zarzuela", esperando la entrada de la "prinzeza" para el besamanos, aunque finalmente les hicieron salir del plató e ir bajando de manera individual para el pasteloso reencuentro.

3.- La llamada de la madre, ésa que según la entrevistada nunca aparece en los medios y de cuya intervención, me llamó poderosamente la atención la forma en que se refiere a María José Campanario, a quien apoda “La Pony” parece ser que por su estatura.

No obstante, si observamos la única foto que se ha hecho pública de Belén y María José juntas, se aprecia que la Campanario es sólo un poco más bajita que la Esteban, que no es exagerada la diferencia y que examinando fotos de cada una de ellas junto a Jesulín, ambas parecen más o menos iguales en relación con él.

Pero volvamos a los ponies, porque resulta que a la madre de Belén se la ve incluso más bajita que la propia María José, luego la madre también sería una pony. Parece que no se mira mucho al espejo a la hora de hacer burlas del prójimo.

Así que de pony a pony, Carmen Menéndez se permite dedicar a la Campanario un apodo que también le iría a ella como anillo al dedo, aunque como la buena señora fue condenada hace tiempo por agredir a una vecina (otra delincuente para la colección de "Sálvame"), puede que le viniera mejor que la llamaran “La Pitbull”. Y en cuanto a su hija, no tengo que pensar mucho para asignarle un mote. El que le va a la perfección es “La Empanadilla” porque esté gorda o delgada, lo que más resalta en ella de manera muy desagradable es su barriga.

Así que ya ve, querida mamá de la Esteban, que antes de poner apodos hay que mirar alrededor con un poquito de autocrítica. Pero claro, a usted se le han contagiado durante estos años el despecho, la envidia y el rencor que siente Belén hacia la Campanario, que por muy pony que sea, ocupa el lugar donde su hija mataría por estar, como esposa legítima de Jesulín de Ubrique. Se siente, pero parece que el torero aprecia más otras cualidades que no tenía su hija, aparte de la estatura. A ella le ha tocado el papel de ex amante repudiada y el hecho de que sea la madre de una de sus hijas, no cambiará esa realidad que la tiene amargada y no la deja vivir en paz desde hace años.

domingo, 6 de octubre de 2013

HAMLET JAVIER VÁZQUEZ

“Ser o no ser, esa es la cuestión. Quejarse y sudar bajo una vida cansada por el temor a algo después de la muerte, el país sin descubrir de cuya frontera ningún viajero vuelve. La conciencia nos hace cobardes a todos y así, el nativo color de la resolución, enferma por el hechizo pálido del pensamiento y empresas de gran importancia, desbordan sus corrientes y pierden el nombre de acción”.

Este párrafo es un resumen del monólogo de “Hamlet”, la famosa obra de Shakespeare del mismo nombre.

Y este otro, es un resumen del discurso que nos ofreció Jorge Javier Vázquez en el “Sálvame Deluxe” del 4 de octubre.

“No quiero ser infeliz porque lo tengo todo, porque después del desgaste que lleva un programa diario ya no me río tanto. Creo que nuestro deber es ofrecer la mejor versión de nosotros mismos. He pensado mucho estos días y no sé qué pasará con nosotros cuando esto acabe; qué haremos con nuestros restos. Me cuesta mucho cuando veo a mis compañeros pelear y sufrir y llorar. Y también me da miedo que esto me pase a mi.”

Pero el surrealista monólogo del presentador, aderezado por una breve mención a Olvido Hormigos y una efímera disculpa camuflada entre retórica barata, no fue desgranado como es habitual en televisión mirando a cámara, porque antes él mismo se encargó de preparar la escena de forma que le ayudara a pasar mejor ese mal trago. Para ello hizo dejar su puesto a la directora del programa, Carlota Corredera, con la que se sentó mientras tomaban un plano de ambos cogidos de la mano y mirándola siempre a los ojos, comenzó insistiendo en que la disculpa era una decisión personal suya. Con ello pretendía conseguir dos fines: exculpar a su jefa y al programa de su negligencia al permitir tan vergonzoso comportamiento y aparecer como un tipo humilde y entrañable que sabe reconocer sus errores y pedir perdón por ellos. Sin embargo, es obvio para cualquiera que conozca los antecedentes del dictador-pitufo que jamás daría ese paso sin una orden previa de sus superiores y aunque Carlota aseguraba con poca convicción no saber nada con anterioridad, la prueba de la farsa que ambos llevaron a cabo es que Olvido Hormigos conocía horas antes de empezar el programa lo que iba a suceder y así lo comunicó a sus seguidores en su twitter.

Para nada me creo que la iniciativa fuera un acto voluntario del presentador sino que fue obligado a ello, tal vez por la propia Carlota o por instancias más altas y también dudo que lo que les llevara a tomar tal decisión fueran las débiles amenazas de Olvido de denunciarles. Probablemente, aunque nunca lo sabremos con seguridad, ante la avalancha de mensajes negativos e incluso insultantes dirigidos en los foros y webs contra Jorge Javier y la dirección del programa, llegaron a temer que se repitiera el caso de “La Noria” y “Campamento de Verano” que les había llevado a perder un gran número de anunciantes y para evitar ese riesgo, optaron por tragarse su orgullo (gay o hetero) y tratar de ganar el favor del público que les increpaba y condenaba mayoritariamente. O puede que temieran (como ya insinuó el presentador irónicamente en “Sálvame diario”) quedarse sin invitados, amedrentados los posibles candidatos ante la posibilidad de ser linchados públicamente por esta secta de inquisidores que actúa impunemente en la cadena “amiga” de lunes a viernes.

Personalmente opino que el método elegido por Jorge Javier para cumplir lo requerido, (dejando a un lado lo pretencioso, egocéntrico y oportunista de sus palabras que buscaban un lucimiento personal intentando sacar algo bueno de una mala situación) únicamente sirvió para demostrar que es un cobarde ante la adversidad, incapaz de afrontar sólo la humillante situación (esta vez el humillado era él) y por eso su tono, sus ademanes y su actitud eran la antítesis de los empleados siete días antes.

Porque hubo de transcurrir una semana entera desde el incidente con Olvido Hormigos para que los protagonistas volvieran al lugar del crimen e intentaran vendernos lo que, según ellos, era un “mea culpa”. pero que se quedó en teatro malo. Además, faltaba la actriz principal, la víctima, la parte ofendida y por lo tanto con más derecho a estar presente que el resto de los figurantes, aunque al final la víctima resultó que no lo era tanto y que también intentó menospreciar la inteligencia de la audiencia haciendo durante toda la semana su propia representación, cuya frase culminante había sido: “voy a denunciar a Jorge Javier”.

El problema de Olvido, a la que también han puesto “fina” en su propio twitter y me temo que seguirán haciéndolo en otros foros, es que han pasado siete largos días desde que fue “agredida” según sus propias palabras por el presentador y ha tenido por tanto, tiempo de sobra para hablar con sus abogados y redactar y presentar no una, sino diez denuncias, por lo que queda claro que a pesar de las declaraciones que ha concedido a varios medios reclamando justicia, en ningún momento tuvo la intención de llevar a cabo sus amenazas.

Cualquiera hubiera sido comprensivo con su decisión, si después de presentar la denuncia la hubiera retirado tras las disculpas recibidas, pero como ha quedado demostrado con su injustificada demora que mentía desde el primer instante, tendrá que cargar también con su parte de las críticas y con la pérdida de credibilidad que su actitud le va a acarrear sin la menor duda.

En cuanto al programa, cuyos tertulianos parecían en esta ocasión hermanitas de la caridad, todos tan formalitos y comprensivos, susurrando, sonriendo e intercambiando miraditas amorosas, irreconocibles como los mismos sabuesos que no hace mucho acosaban obedientes a Remedios Torres, quedó igualmente demostrado que esta vez se había pretendido escenificar una versión edulcorada y amable de lo que suele ser habitual en la noche de los viernes, porque todos los invitados: Kiko Rivera, Carlos Baute y la esposa de Bertín Osborne (otro delincuente condenado en su día a un año de prisión por fraude fiscal al que tratan siempre como a un héroe) fueron mimados y adulados convenientemente para que no tuvieran quejas, además de que ninguno de ellos era mínimamente conflictivo o se le aleccionó para que no estropeara el lavado de imagen que habían preparado con tanto esmero, como pudo ser el caso de la ex de Diego Campanario, que solo contó memeces insulsas y repetidas.

Veremos cuanto les dura a los lobos la piel de cordero antes de que vuelvan a las andadas, con algún pobre desgraciado que se haya atrevido a contradecirles o con algún libre pensador que se haya negado a rendir pleitesía a Belén Esteban (luz y guía del programa a pesar de las puñaladas que ha repartido habitualmente entre sus compañeros), con cuyo regreso nos llevan amenazando desde hace días y que anuncian para el 18 de octubre.

No sé yo si les dará tiempo a ponerla en forma para una fecha tan próxima, pero si no es así tampoco hay problema porque su hija, la famosa Andreíta, ya apunta maneras y rápidamente han dado con la fórmula para hacer públicas sus primeras declaraciones atacando a Jesulín de Ubrique (ha tenido una buena maestra y muchos años para que le laven el cerebro), ya que ella no puede hacerlo personalmente por ser menor de edad. Mientras tanto, se encargará el director del programa que atienda sus precoces llamadas telefónicas o su “tutor” (y yo que creía que los tutores sólo ejercen cuando faltan los progenitores) Toño Sanchís, que ya tiene otro cargo más del que pavonearse por los platós además del de representante, amigo, portavoz, consejero, chófer, testigo, acompañante y guardaespaldas de la “prinzeza".