miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA AUDIENCIA HA DECIDIDO

Va contra el espíritu de cualquier juego o competición que los participantes intervengan en condiciones desiguales en lo que se refiere al entorno, reglas de la contienda y circunstancias materiales en que habrán de desarrollar su enfrentamiento. Y sin embargo, esta es la absurda e injusta realidad que nos están vendiendo en Gran Hermano desde la décima edición, momento en que a algún guionista tarado (en el sentido televisivo, que tampoco quiero insultar a nadie como persona) tuvo la estúpida idea de distribuir a los concursantes en dos casas separadas. Pero aún más demencial es que los responsables del equipo aceptaran esta idea y además, continúen insistiendo tercamente en ella dos años después, cuando resulta indiscutible para cualquiera que se moleste en leer las opiniones de los seguidores del reality, que una gran mayoría rechaza esta separación.

Son muchas y muy obvias las razones que se pueden esgrimir contra la elección de dos escenarios paralelos en un concurso de convivencia, como muchos gustan de calificar a Gran Hermano, aunque tampoco en ello hay unanimidad porque ya se ha demostrado con Pepe Herrero en GH7, que es posible erigirse en ganador absoluto sin haber convivido mínimamente con los compañeros e incluso siendo odiado durante meses por prácticamente la totalidad de la casa con muy escasas excepciones.

Pero volviendo a esas razones que desaconsejan la separación, voy a intentar resumir las más importantes: la primera sin duda alguna, es que hay concursantes que no han llegado a convivir dentro de la casa y cuyas posibles alianzas, amores o enfrentamientos, caso de haber coincidido bajo el mismo techo, nos han sido "robados" por la dirección del programa. A esto se une la carga impuesta a algunos de ocultar un secreto al resto de sus compañeros, bajo amenaza de sanciones o expulsión, obligándoles a un fingimiento que choca frontalmente con la repetida recomendación que se dirige a todos de que sean ellos mismos.

Y no olvidemos además que esa separación impuesta y artificial de los concursantes, implica de manera ineludible la formación previa de grupos diferenciados, aunque sólo sea por las afinidades creadas entre ellos por la convivencia, potenciando así enemistades y nominaciones que de otro modo tal vez no hubieran tenido lugar. Finalmente, no me resisto a citar el hecho de que la existencia de dos casas, hace aún más difícil para los incondicionales del reality el seguimiento de lo ocurrido en cada una de ellas, ya que nos obliga a soportar los continuos cambios de enfoque entre ambos entornos, unido esto a los desmanes habituales del realizador de turno que se empeña en censurar cualquier incidente mínimamente destacable en el 24 h.

Aunque seguro que me olvido de alguna otra desventaja de este doble escenario, creo que las razones expuestas ya tienen suficiente peso como para hacer recapacitar a cualquier responsable de Gran Hermano para que rectifique, pero no solamente no ha ocurrido así en la edición de este año, sino que incluso han aumentado las diferencias entre los grupos. Esta vez han llegado al extremo de establecer nominaciones distintas para cada entorno: en la casa 1 se vota a la manera tradicional, citando nombres y razones en la privacidad del confesionario y con un tiempo razonable (aunque obligatoriamente breve por exigencias del directo) para consideraciones de última hora. En la casa 2 han de citar dos nombres a cara descubierta, espoleados por las prisas de la presentadora que les brinda escasísimos minutos para llegar a un acuerdo, produciéndose así incluso errores en el recuento de los votos, como parece haber ocurrido esta semana al ser seleccionada Patricia como una de las nominadas por acumular 4 votos cuando se supone que solo tenia 3 al igual que Lidia, que sin embargo se vio exenta de la elección.

Este año serán diferentes además hasta en el momento del descanso, porque la casa 1 dispone de camas individuales de aspecto confortable que invitan al ya famoso "edredoning", mientras que los habitantes de la casa 2 se ven obligados a dormir en unos nichos supuestamente futuristas con colchones que ni siquiera merecen ese nombre por su delgadez. Hasta el inusitado ataúd utilizado en la pasada edición por Arturo e Indhira parece confortable frente a esos habitáculos. A ver qué líbido aguanta semejante prueba, aunque parece obvio que en la casa blanca es poco probable el mencionado "edredoning", tanto por la incomodidad del lugar como por el perfil de los habitantes: los "rechazados". Agunos lo han sido por tener pareja en el exterior, según comentaron ellos mismos en el momento de la decisión y otros por mostrarse menos atractivos físicamente, característica de la que intentaron asegurarse prioritariamente todos con sus tocamientos en la sala oscura.

Llevamos muy poco tiempo de concurso e ignoro las decepcionantes "sorpresas" que nos tienen preparadas los guionistas, pero entre ellas parece estar la de privarnos también del momento en que los expulsados se despiden de sus compañeros desde el plató, circunstancia que nos ha regalado momentos gloriosos en otras ediciones, gracias a memorables frases envenenadas o estudiados olvidos en los saludos dirigidos a la casa. Nada de esto ocurrirá en la presente edición, sencillamente porque no permiten que los concursantes conozcan la identidad del expulsado, dato que sólo les llega en días posteriores por comentarios de aquellos compañeros que retornan de la sala de expulsiones, conjeturas de los que continúan en la competición o errores de megafonía.

A pocos días de la gala de estreno, las audiencias de Gran Hermano son bajas y amenazan con decrecer aún más. La impresión general que se recoge en los foros es que no ha gustado nada el lastimoso casting que ha llenado la casa de "metrosexuales" narcisistas y descerebrados y barbies de pechos siliconados, oxigenadas extensiones e intensos picores uterinos. Gran número de ellos son famosetes de tercera, muy resabiados ya en estas lides de la televisión, que no dejan de mirar a cámara ante cada supuesta hazaña que llevan a cabo o de pensar en los videos tan "divertidos" que sus monerías van a originar.

Yo, que he sido una entusiasta de Gran Hermano desde sus inicios, he decidido renunciar este año, por ausencia absoluta de interés, tanto a los resúmenes furtivos de La Siete (cadena secundaria de Telecinco que utiliza habitualmente para repeticiones y refritos) como al debate de los domingos, que repite tanto en contertulios repipis, como en un horario inaccesible para personas madrugadoras. Por el momento, intentaré seguir únicamente las galas si el aburrimiento y la duración desmesurada me lo permiten, porque todavía no me resigno a ignorar del todo un programa que para mi fue tan fascinante no hace demasiado tiempo.

Se ha hablado extensamente estos días de la relación entre Feroz y Flor. Ambos parecen haber entrado con una idea marcada a fuego en sus limitados cerebros: liarse con el primero que se prestara al jueguecito sexual que para ellos es sinónimo de éxito dentro del concurso. Los dos se utilizan mutuamente a pesar de las diferencias que les enfrentan cuando no están intentando crear espectáculo o mirando directamente a cámara. En las primeras horas de su encuentro Feroz finge desear a Flor y le promete darle todo cuanto pida, pero a renglón seguido se complace en tratarla como si fuera basura. Flor se queja de la brusquedad del boxeador pero no se plantea salir de su cama y poner fin al desprecio que recibe como pago a su entrega, aunque ésta sea igualmente interesada.

Pues bien, espero que nadie se sienta ofendido por la comparación en la que me incluyo como espectadora, pero viendo el curso de los acontecimientos, pienso que podríamos perfectamente asimilar a Julio con la productora del reality y a la audiencia con Flor. La productora nos necesita pero ignora las reivindicaciones que hacemos, negándonos además un canal 24 h. y censurando cualquier escena interesante que tiene lugar en las casas; la audiencia por su parte, continúa (aunque cada vez más menguada y decepcionada) acudiendo a la cita anual de Gran Hermano, confiando en que finalmente complacerán alguna de nuestras peticiones.

Después de tantos años de esta lucha absurda, yo tiro la toalla y considero absolutamente imposible que la productora y el equipo cambien su actitud y se quiten la venda de los ojos, así que lamentándolo en el alma doy por perdido ese gran formato que fue Gran Hermano y que se han cargado de la manera más estúpida que se pueda imaginar. Lo único que espero y deseo a estas alturas, es que terminen de hundirse en la miseria con la presente edición y se vean obligados a cerrar precipitadamente por falta de audiencia y enviar a sus casas a los decepcionantes especímenes elegidos.

Igual les resulta más rentable sustituir el reality por un 24 h. de Belén Esteban, cambiar el objeto del debate de los domingos por una tertulia sobre Belén Esteban y los resúmenes por una tira diaria dedicada a Belén Esteban.

2 comentarios:

  1. criticas como esta y peores se leen este año ain parar en los foros y cuando la audiencia se cansa es muy dificil recuperarla, que tomen nota por si aun es tiempo

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.
    Yo tambien estaba enganchada a GH desde la primera edicion y cada año esperaba con ansia que empezara de nuevo para poder "meterme en la casa" e ir mirando de vez en cuando lo que hacian.
    Ya el año pasado nos quitaron el 24 horas y dejo de interesarme como antes. Estaba claro que solo nos ponian las imagenes que les interesaba al programa y favorecer o despretigiar segun su conveniencia. Para colmo fue descarado el favoritismo hacia una de las concursantes y el acoso y derribo hacia otros.
    Este año no han conseguido engancharme ni desde la primera gala, que es la que mas me gusta y ver el tipo de gente que entra. Es una locura meter a 20 concursantes de una tacada y ademas en dos casas. Ademas, como no lo sigo mucho, todavia me lio con las concursantes y no se quien es quien. Casi todas rubias, siliconadas y cortadas por el mismo patron.
    En fin..... Veremos como acaba esto. Si os digo la verdad, tampoco me importa si tienen que terminar el programa por falta de audicia. Desde luego, conmigo que no cuenten para nada.
    Gran Hermano ya no es lo que era.
    Que pena!!

    Saludos!!

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