viernes, 22 de junio de 2012

EL CLON

Algunos artículos de este blog analizan situaciones acaecidas en el programa "Sálvame" y es probable que quienes los leyeran llegasen a la conclusión de que uno de sus colaboradores inspiraba en mí una simpatía especial, a pesar de haberle criticado también en momentos puntuales, tratando de ser objetiva y dejando de lado cualquier favoritismo.

Ese colaborador es o era Kiko Hernández, que me parecía una persona brillante mediáticamente hablando, inteligente y poseedor de una fina ironía que me encantaba. Es cierto que a veces me desagradaban sus ataques virulentos a algunos personajes, pero también lo es que en mas de una ocasión después de haber pensado que se había extralimitado con alguien, el propio Kiko lo reconocía casi inmediatamente y pedía disculpas al público o al interesado, como si hubiera adivinado mi desaprobación. No obstante, la mayoría de las veces sus intervenciones me parecían simpáticas y ocurrentes, ofreciendo siempre espectáculo y adaptándose sin problema a cualquier circunstancia sobrevenida en el programa, por complicada y estrambótica que fuese.

Pero todo eso cambio hace poco, porque después de observar en Kiko durante semanas comportamientos en nada parecidos a los suyos habituales, que me desconcertaban bastante pero que yo disculpaba imaginando que pasaba una mala racha o incluso que se sentía presionado para actuar como lo hacia, el propio Kiko en un "Deluxe" se encargo con sus palabras de disipar mis dudas y mostrarme la decepcionante realidad de que no solo nadie le obligaba a nada, sino que todo lo hacia encantado y sintiéndose orgulloso de ello.

El hecho que me quito finalmente la venda de los ojos fue la promoción y posterior presentación de unas grabaciones telefónicas efectuadas a los padres de María José Campanario en las que se explayaban verbalmente contra el programa, su presentador y la mayoría de sus colaboradores. Según la historia narrada por Kiko, estas grabaciones eran el resultado de varios meses de conversaciones con el matrimonio Campanario en las que el colaborador les daba la razón e incluso se reía con ellos de los comentarios vertidos contra sus compañeros, para ganarse así la confianza de la pareja e inducirles a confesar sin reservas todos sus pensamientos negativos. La justificación de Kiko para su conducta fue que eran ellos quienes le llamaban y resultaban por tanto merecedores del engaño por hablar con tanta libertad con el primero que se les cruzaba.

Pero estas afirmaciones eran solo una forma de retorcer la verdad porque la realidad es que durante bastante tiempo Kiko había sido la única voz que se alzaba en Sálvame en defensa de los Campanario, victimas permanentes de las criticas del programa junto con su hija María José y a los que durante meses se les llamo de todo. Y aunque no pretendo disculpar los imprudentes comentarios filtrados por Kiko en esas grabaciones ni los insultos dirigidos en alguna ocasión por el padre de la Campanario a Belén Esteban y a Jorge Javier, creo que es fácilmente comprensible que en un momento dado se pierdan los nervios ante tanta tensión y hostigamiento porque sorprendentemente, estas grabaciones no eran recientes sino que databan de un año atrás cuando el acoso a los Campanario estaba en todo su apogeo. ¡¡Hasta donde se puede llegar por falta de contenidos, de imaginación y por supuesto de ética!!

Si esta trampa a los Campanario la hubiera perpetrado cualquier otra persona distinta a Kiko, no hubiera dudado ni un instante en calificar su acción como una traición y su comportamiento como hipócrita, rastrero y cobarde. Por lo tanto, si pretendía ser justa, no podía cambiar mis opiniones y principios por el hecho de que el autor de la tropelía fuese alguien que me agradaba. Porque en definitiva, lo que hizo Kiko fue abusar de una pareja de personas mayores (y probablemente poco instruidas y versadas en estas lides) fingiendo ser su amigo y defensor y aprovechando un estado de animo de indignación provocado por los insultos, ataques y escarnios dirigidos por el programa ininterrumpidamente hacia su hija y hacia ellos durante muchos meses.

Y como la última gota que hace rebosar un vaso, esta decepción me trajo a la memoria todas aquellas acciones que desde hacia tiempo me desagradaban de Kiko y que ya no puedo ni quiero justificar más:

Bromas groseras e incluso crueles; como coger las bragas usadas de Terebere en un reciente viaje de varios colaboradores y usarlas para ridiculizarla mientras las ofrecía a los demás para que las olieran; o acercar a la cara de Lydia un bogavante o un pulpo, sabiendo como le asustan los animales y lo escrupulosa que puede llegar a ser, e insistir una y otra vez hasta dejar a la colaboradora en un estado de histerismo total, llorosa y derrumbada en el suelo, suplicándole que parara.

Acusaciones en directo y casi a diario a compañeras como Chelo y la propia Lydia, reprochando a la primera que no traiga noticias o participe poco y burlándose y cuestionando cualquier información aportada por la segunda. Da igual que pueda tener algo de razón en lo que comenta, pero no es de su incumbencia, siempre que la Dirección del programa permita esas supuestas faltas. Porque con una actitud tan mezquina lo único que se consigue es quedar como un chivato y un mal compañero, justo lo que él se ufana en reprochar a otros.

Peloteo constante hacia Jorge Javier y Belén Esteban (las dos personas mas autoritarias, desagradables y manipuladoras del programa, pero también las de mayor influencia), dejándose incluso sobar y besuquear por el presentador cuando lo que recibe a cambio de rebajarse así, son solo humillaciones y mofas del primero y gritos e insultos de la segunda (como cuando le acerca la cara amenazante, apuntándole con el dedo y llamándole "sinvergüenza" y "mentiroso").

Noticias que tergiversa o no contrasta, faltándole el valor luego para rectificar o pedir disculpas ante evidencias y testimonios que le dejan en entredicho. Como afirmar que Pepe Flores (ganador de Gran Hermano 12 + 1) tiene novia, cuando la propia interesada declara que "lo fue en el pasado"; o que David (defensor y amigo de Pepe) creo una Web y abrió una cuenta corriente para recaudar fondos desde Brasil, destinados a votar al bailaor para hacerle ganador, circunstancia que aunque no hubiese sido desmentida hasta la saciedad, seria perfectamente licita; o que Hugo agredió a la hermana de Marta, hecho negado a posteriori por numerosos testigos y por los propios implicados.

Y esta es solo una parte de las ultimas hazañas de Kiko Hernández, una persona que se vanagloria de decir siempre las cosas a la cara (que se lo cuente a los Campanario) o que se permite acusar a Lydia de que solo se relaciona con los jefes.

No sé que le ha pasado a Kiko para cambiar así. Puede que el dejar de fumar le alterara el carácter, o que la fama se le subiera finalmente a la cabeza, o que sea el resultado de las malas compañías, pero la realidad es que donde antes veía a un personaje chispeante y divertido, incluso cuando desempeñaba lo que yo consideraba su papel de malo, ahora solo puedo ver a un energúmeno que vocifera constantemente y que falta al respeto a todos.

Y no solo a los que voluntariamente se ponen en la palestra como los grandes hermanos, sino también a sus familiares que ninguna culpa tienen y que se ven obligados a escuchar calificativos insultantes hacia sus hijos, como ocurrió con la madre de Aless de Gran Hermano 12 + 1, que acabo su intervención llorando desconsolada o con el padre de María, finalista del mismo reality, que le miraba alucinado oyéndole llamar a su hija "adultera" entre otras lindezas, creyendo hallarse ante el mismísimo Torquemada. La sensación que nos queda es que tanto sus compañeros como los invitados se acojonan ante sus exabruptos puesto que nadie le replica como se merece, librándose únicamente de su agresividad y mala leche aquellos a los que concede "el honor" de llamar amigos (Mila, Matamoros y Marta) o aquellos otros con quienes no se atreve por su posición preponderante (Jorge Javier y Belén).

No es fácil entender ni aceptar un cambio tan radical y negativo en una persona que te caía bien y te ha brindado momentos realmente gratificantes y por eso, en lugar de ignorarle totalmente, olvidando por completo su existencia y esos buenos ratos de los que he disfrutado con frecuencia en el pasado, como tuve la tentación de hacer en un primer impulso, he optado por inventarme una teoría que explique su transformación y en la que finjo creer por muy rocambolesca que pueda parecer.

Me he convencido a mi misma de que el individuo que aparece actualmente en el programa Sálvame no es Kiko sino un clon (creado quién sabe con qué intenciones) que aunque perfectamente conseguido en su envoltura externa, ha resultado un autentico fracaso en cuanto a su comportamiento y actitudes frente a las cámaras. Puede que el verdadero Kiko Hernández haya decidido abandonar el mundo de la comunicación, o que se este tomando una temporada de descanso, o haya sido abducido por extraterrestres, pero yo no pierdo la esperanza de que algún día regrese y pueda volver a reírme con su ingenio, a sorprenderme con su versatilidad y su talento e incluso a emocionarme a veces con sus pequeñas e inesperadas travesuras, tal como lo hacia en el pasado.

1 comentario:

  1. Desde un lugar perdido en Argentina22 de junio de 2012, 21:11

    Sólo puedo decir... chapó!

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